miércoles, 29 de junio de 2011

La humedad.

Chorrea la tristeza por los muebles y el suelo,
noventa y siete por ciento de humedad,
suena en casa canción de amor y soledad
y no encuentro para tanto sudor algún consuelo.

Y no hay balada, ni lágrima en tu pañuelo
que recuerde del chorreo la brevedad,
ni más ni menos mirado por una sociedad
cuyo vicio es mirarse y no verse en el riachuelo.

Y canta Enrique con su voz aterciopelada,
gesto en mano, cariz siempre enjuto,
milagros de voz y de ritmo paren su garganta;

componiendo letras y sensaciones como zorro astuto
devorando mitos y pasados cual cruel Carpanta,
no es su milagro "pequeño" sino más bien diminuto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario